Reloj

 

martes, 2 de octubre de 2012

DE PRONTO UN TIEMPO PARA PENSAR
Crónica sobre un fin de semana tedioso


Porque entre semana todo es más arduo, porque no queda tiempo para nada, ni siquiera para pensar con calma, porque todo el tiempo andamos en el trajín de tomar un bus y tratar de llegar temprano a cumplir con nuestro deber, por esta razón se considera el día viernes el fin de nuestras angustias y el remedio contra los dolores de cabeza producidos por la tensión de nuestra rutina. Por otro lado hay quienes concentran su mente en el deber que tienen que ejercer el fin de semana, los comerciantes brindan sus servicios a quienes necesitan suplir una carencia o simplemente darle gusto a sus ganas de divertirse. Por cultura se estableció el fin de semana como el tiempo para el bullicio y el desorden, menos para la calma.
Viernes, para los jóvenes es la entrada al descanso y la diversión, pueden dormir, pueden salir a la calle, quienes tienen dinero salen a suplir su ansia de consumismo de pronto van al mall o a comerse una hamburguesa y porque no al cine, pero ninguno hace caso a la reflexión, nadie se preocupa por el meditar en  la solución de los diferentes problemas que nos rodean, tal vez esa es la naturaleza de ser joven, pero esta juventud aun tiene tiempo de pensar y dejar de lado lo superficial, que entiendan que hay tiempo para tomar un libro o simplemente la tarea para la escuela y fortalecer su conocimiento, que el fin de semana también es dedicación.
En cuanto a mí, todo el tiempo hago lo posible por no pensar en el viernes, me gustaría que este día no llegara tan rápido, pero lamentablemente llega con todo su rigor y produce en mí una apatía infinita, tengo que empezar por planear lo que haré en los próximos dos días, es agobiante saber que estarás sola encerrada entre cuatro paredes totalmente blancas. Esta es la dura tarea que empieza comúnmente los viernes en la tarde, piense, piense y piense, esto no sucedería si tuviera alguien que me invitara a su casa el fin de semana, algún lugar en el que me sintiera totalmente a gusto, estar en compañía con alguien que me sacara de las garras penetrantes de la soledad de mi habitación. Como es fin de semana, tengo tiempo para hacer cosas y adelantar trabajos de la universidad, dedico la tarde a leer algún libro o ver una película.
Sábado en la mañana, ojalá hubiera podido dormir más, como en mi vida siempre estoy programada para dormir hasta la 06:30 de la mañana, a esa hora abrí los ojos,  lo primero en lo que pensé fue en mi madre y en mis hermanos llegó una profunda nostalgia ya que me encanta el pueblo, me gusta estar junto a quienes amo y el hecho de ver el techo de una casa desconocida me angustia y es la primera impresión que hizo que el día fuera totalmente aburrido, fue como un ave de mal augurio, lo único que me distrajo fue la televisión, los cuentos de los hermanos Grimm, esos matachitos que he visto mil veces y que nunca me aburren. Luego me levanté y salí a la tienda a comprar algo para el desayuno, ahí estaban dos muchachitas muy jóvenes por sus rasgos creo que no pasaban los dieciséis, el estado en el que estaban era lamentable, me dio pesar ver que a esa edad creen que embriagarse y tener una cerveza en la mano es gran hazaña digna de admirar, lo primero que se me vino a la cabeza fue “pensar de verdad es analizar lo que es bueno y lo que es malo, lo que me perjudica y lo que me hace bien y me dije: de pronto están esperando estar sumergidas en un gran problema para que sepan lo que es cargar algo así y además tener la madurez suficiente para enfrentarlo”. Pienso de esta manera porque mi madre es una mujer trabajadora, los fines de semana nos llevaba a su trabajo y siempre estuvo pendiente de darnos un buen ejemplo a pesar de estar ocupada todo el  tiempo.
Luego regreso a mi encierro, a veces pienso que si no tuviera un computador para ver mis películas o un libro para leer, las lágrimas serian mi única compañía, la soledad me derrumba, ningún objeto, ya sea el computador, ya sea el televisor me saca del encierro.




En la tarde cuando logré entrar en el mundo maravilloso pero también extraño de las narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe, retumbó en mis oídos un hay hombe! muy fuerte, era el bullicio de la tienda de al lado, música de cantina a todo volumen y los borrachos que gritaban de forma espantosa me sacaron de la concentración y la tranquilidad de mi lectura tuve que dejar a medias “La caída de la casa Usher” y escuchar un poco de música para salir de la desesperación.
Cuando atardeció escuchaba una historia de brujas del programa radial Enigmas del Mundo, mientras afuera volaban botellas de acera a acera yo me estremecía en la oscuridad de mi habitación con la enigmática voz del locutor, eso no tiene comparación, eso es descanso, eso es diversión. Cuando ya era noche quise leer pero no pude, permanecía el mismo ruido, la misma gente, hasta las mismas canciones, la fiesta se prolongó mi trasnocho también, no pude encontrar la paz que quería, lo único que podía hacer era ponerme los audífonos para no aturdirme con el reggaetón vulgar que es tan apetecido por las masas, si a eso se le llama descanso mejor dejemos así. Solo el domingo tan pronto desperté terminé de leer aquel relato que había dejado a medias e inmediatamente busqué la forma de salir de mi habitación, ir a algún lugar y de pronto tener un tiempo para pensar en las labores de la semana.
Ana María Castillo Rosero

1 comentario:

  1. Sé que muchas veces me pediste llenar ese vacío del fin de semana, dar luz a esas 4 paredes, y en mi impotencia solo cerraba los puños, de no tener el dinero para tomar un bus e irme a tu casa, así fuera salir al parque, o al menos invitarte a comer algo cuando la noche fuera cayendo, solo me limitaba a llamarte para saber cómo estabas.

    Leí esto hace 5 meses, y hoy divagando en la red, recordé tu blog, y quisé echar una ojeada, recordar el pasado, tener el valor que no tuve cuando lo leí la primera vez, ya que en aquel momento sentí una profunda culpa que me embargaba el alma, pensando en que mi rutina nos hizo presos de tu habitación, y hoy día no sabes cuán arrepentido está mi corazón, a pesar de haber tenido fe en tus palabras, "ya habrá tiempo para disfrutar entre los dos", mira cómo cambia el panorama, cómo cambia el destino, cómo cambia el universo o qué jugadas hace Dios en nuestro camino.
    Desde la tranquilidad de mi paciencia, y la ridiculez de mi olvido, sé que te llevaste parte de mí, el pensar con la cabeza fría, pensar qué es bueno o malo para tí, sacar el valor de lo más profundo de tu ser para afrontar algo, entre otras cosas que no hace falta mencionar. No es con ánimo de envidia, ni más faltaba, el decir que te llevaste eso de mí, ¡no!, lo digo porque ahora hace parte de tu forma de ser, como aún también está en mí.

    Cariño mío, qué bendición y maldición has sido en mi vida, la divina felicidad del amor, la cruel agonía de la tristeza, para encontrar al final mi paz interior, esa paz donde lo bueno y lo malo es uno solo, donde sonrío mientras lloro, donde poco a poco voy enterrando tu nombre en mi cementerio, donde mis ángeles y demonios juegan satíricamente en el lugar donde has de descansar para siempre en mi corazón, en espera de ser revivido, o simplemente, navegar en el sueño eterno de un recuerdo. Te amé, te amo, y te amaré, hasta que de mis recuerdos seas desterrada, en la honesta libertad de la muerte.

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